Trío de sillas







Vaya hallazgo, casi se me saltan las lágrimas cuando las ví al lado de casa...cuatro sillas de "barril" de las antiguas, llenas de porquería, pero rescatables! el cuarteto que cogí se quedó en trío...una no había forma de salvarla...aprovecharemos las piezas buenas para otra cosa.

Después de un buen fregado, desmontaje y lijado, esta vez me apeteció forrarlas con tela, y para cada una, una diferente. Distintos tonos y con motivos "comestibles", por que yo las veo perfectas para una cocina.
Primero traté la tela con latex rebajado con agua: un bañito de la tela en la mezcla hace que se impermeabilice ligeramente. Cada pieza esta forrada de forma independiente y adherida a la madera con latex, esta vez en mayor proporción. Por último, y una vez montadas, otra capa de latex para mayor protección. Así si algo se cae sobre la tela, con un pañito mojado se retira sin problema.

La de tonalidad amarilla tiene una tela de frutos secos, la roja, de manzanas, y la verde, hojas de higuera con higos en moradito...rico rico y con fundamento! tres sillitas preciosas para alegrar cualquier cocina.











Mecedora La Boquerona


Cerca de la Plaza del Boquerón estaba abandonada esta mecedora, en el estado que se ve...un perro con gusto había mordisqueado hasta terminar de romper el skay (por qué alguien inventó un día el skay?!) y la parte trasera de los balancines.

Para empezar, quité la tapicería vieja, las cinchas de cámara neumática (muy buenas, pero algunas rotas y pasadas) y traté la madera, lo que incluyó hacer desaparecer los mordiscos del perro esteta de los balancines (trabajo que me hizo un compañero lutier del Banco del Tiempo, si llego a intentarlo yo me quedo sin balancin...)

Lo más divertido del trabajo de la mecedora fue la confección de la tapicería, hecha con tela procedentes de muestrarios descatalogados...el colmo del ahorro, oiga!. Nueva espuma y nuevas cinchas...y una mecedora que puede seguir en uso durante años.


     






Silla Duquesa


La Duquesa fué encontrada en la calle Duquesa de Graná una noche de verano...






Víctima de algunos arreglillos, había sido tapizada con un espeluznante skay marrón y barnizada demasiado generosamente...asi que lo primero, liberarla!





Quitados todos los elementos de tapicería con sus  milloooones de grapas, decapé el barniz y traté la madera donde hacía falta...más que nada, tapé con masilla los milloooones de agujeros que habían dejado las grapas en el bastidor del asiento.




Para recuperar el aspecto original del asiento, embutí un nuevo "bastidor" de madera en el primero, para poder fijar las cinchas. 



Y con unos retales de tela, hice una tapicería tipo "patchwork", aunque de mentirijilla...






Combinando con el color de la tapicería, teñí la madera de rojo, utilizando cera de abeja...nunca mais lo vuelvo a hacer! un sufrimiento pulir la cera en superficies tan pequeñas como las patas de una silla. No hay fotos del proceso...mejor no documentar la tortura.

El resultado final, una sillita roja cómoda y resistente.